Colombia es un país cuya constitución establece a partir de 1991 la libertad de culto, sin embargo la Iglesia Católica Romana mantiene privilegios de facto ya que la mayoría de sus habitantes se declaran pertenecientes a dicha iglesia. La preponderancia del catolicismo romano tiene hondas raíces en los procesos de conquista y colonización por parte de España después de 1492. En dicho proceso, la imposición de una cultura europea de corte católico determino la exclusión de cualquier otra manifestación religiosa en el suelo colombiano. El siglo XVI fue además un tiempo de profundas convulsiones socio-políticas en Europa con el enfrentamiento entre los católicos fieles al Romano Pontífice y los seguidores de la Reforma Protestante iniciada por Lutero y Calvino. Ello no sólo influyó en la
actitud de los conquistadores españoles en sus nuevos dominios de ultramar, provocando además el establecimiento en Cartagena de Indias de la Inquisición española, con el fin de salvaguardar la ortodoxia religiosa - cultural. Por otra parte, las influencias tridentinas y barrocas dieron un sello particular al catolicismo establecido en el país, presente todavía en tiempos contemporáneos.
En 1934 estalló en España una cruel persecución contra los católicos por parte de los comunistas, masones y de la extrema izquierda. En pocos meses fueron destruidos en España más de mil templos católicos y gravemente averiados más de dos mil. Desde 1936 hasta 1939, los comunistas españoles asesinaron a 4100 sacerdotes seculares; 2300 religiosos; 283 religiosas y miles de laicos. Unas de las víctimas de esta persecución fueron siete jóvenes colombianos, hermanos de la Comunidad de San Juan de Dios, que estaban estudiando y trabajando en
España a favor de los que padecían enfermedades mentales y se encontraban en condición de abandono. Sus nombres eran: Juan Bautista Velásquez, Esteban Maya, Melquiades Ramírez de Sonsón, Eugenio Ramírez, Rubén de Jesús López, Arturo Ayala y Gaspar Páez Perdomo de Tello. La Comunidad colombiana los había enviado a España a perfeccionar sus estudios de enfermería, y a asistir a los enfermos que vivian en un centro médicos ubicado en Ciempozuelos cerca de Madrid.
El otro beato colombiano es el Padre Marianito: Mariano de Jesús Eusse y Hoyos, nacido en Yarumal, Antioquia el 14 de octubre de 1845, ordenado sacerdote el 14 de julio de 1872 y Vicario Cooperador y luego Párroco de Angostura, Antioquia, del 21 de enero de 1882 al 12 de julio de 1926, fecha de su muerte. Hay varios procesos en curso de beatificación, entre ellos el del Ilmo. Sr. Ismael Perdomo Borrero, Arzobispo de Bogotá de 1928 a 1950, y el del Padre Almanza, religioso franciscano alcantarino, encargado que fue de la Recoleta, hoy Parroquia, de San Diego en Bogotá.
.png)
Colombia es un país cuya constitución establece a partir de 1991 la libertad de culto, sin embargo la Iglesia Católica Romana mantiene privilegios de facto ya que la mayoría de sus habitantes se declaran pertenecientes a dicha iglesia. La preponderancia del catolicismo romano tiene hondas raíces en los procesos de conquista y colonización por parte de España después de 1492. En dicho proceso, la imposición de una cultura europea de corte católico determino la exclusión de cualquier otra manifestación religiosa en el suelo colombiano. El siglo XVI fue además un tiempo de profundas convulsiones socio-políticas en Europa con el enfrentamiento entre los católicos fieles al Romano Pontífice y los seguidores de la Reforma Protestante iniciada por Lutero y Calvino. Ello no sólo influyó en la 
actitud de los conquistadores españoles en sus nuevos dominios de ultramar, provocando además el establecimiento en Cartagena de Indias de la Inquisición española, con el fin de salvaguardar la ortodoxia religiosa - cultural. Por otra parte, las influencias tridentinas y barrocas dieron un sello particular al catolicismo establecido en el país, presente todavía en tiempos contemporáneos.
En 1934 estalló en España una cruel persecución contra los católicos por parte de los comunistas, masones y de la extrema izquierda. En pocos meses fueron destruidos en España más de mil templos católicos y gravemente averiados más de dos mil. Desde 1936 hasta 1939, los comunistas españoles asesinaron a 4100 sacerdotes seculares; 2300 religiosos; 283 religiosas y miles de laicos. Unas de las víctimas de esta persecución fueron siete jóvenes colombianos, hermanos de la Comunidad de San Juan de Dios, que estaban estudiando y trabajando en 
España a favor de los que padecían enfermedades mentales y se encontraban en condición de abandono. Sus nombres eran: Juan Bautista Velásquez, Esteban Maya, Melquiades Ramírez de Sonsón, Eugenio Ramírez, Rubén de Jesús López, Arturo Ayala y Gaspar Páez Perdomo de Tello. La Comunidad colombiana los había enviado a España a perfeccionar sus estudios de enfermería, y a asistir a los enfermos que vivian en un centro médicos ubicado en Ciempozuelos cerca de Madrid.
El otro beato colombiano es el Padre Marianito: Mariano de Jesús Eusse y Hoyos, nacido en Yarumal, Antioquia el 14 de octubre de 1845, ordenado sacerdote el 14 de julio de 1872 y Vicario Cooperador y luego Párroco de Angostura, Antioquia, del 21 de enero de 1882 al 12 de julio de 1926, fecha de su muerte. Hay varios procesos en curso de beatificación, entre ellos el del Ilmo. Sr. Ismael Perdomo Borrero, Arzobispo de Bogotá de 1928 a 1950, y el del Padre Almanza, religioso franciscano alcantarino, encargado que fue de la Recoleta, hoy Parroquia, de San Diego en Bogotá.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Agradecemos nos comuniques tus opiniones e inquietudes sobre este u otros temas de tu interés.