jueves, 26 de junio de 2008

33 DE LOS TESOROS DE MI SAGRADO CORAZÓN

Mi Sagrado Corazón es un tesoro de riquezas infinitas.
Mi Sagrado Corazón es guía espiritual de las almas.
Mi Sagrado Corazón es lugar de reposo para los angustiados.
Mi Sagrado Corazón es un abismo infinito.
Mi Sagrado Corazón es el océano divino de las almas.
Mi Sagrado Corazón es el alivio de todas las cargas.
Mi Sagrado Corazón es barca de salvación.
Mi Sagrado Corazón es puerto seguro en las tempestades.
Mi Sagrado Corazón es lugar de retiro y refugio.
Mi Sagrado Corazón es hogar espiritual de las almas.
Mi Sagrado Corazón es moneda inestimable para negociar la salvación.
Mi Sagrado Corazón es escuela de perfección.
Mi Sagrado Corazón es luz en las tinieblas.
Mi Sagrado Corazón es el sol de las almas.
Mi Sagrado Corazón es el medianero entre Dios y los hombres.
Mi Sagrado Corazón es fuente de agua viva que aplaca la sed de todos los hombres.
Mi Sagrado Corazón es medio para toda clase de gracias.
Mi Sagrado Corazón es horno ardiente de caridad divina.
Mi Sagrado Corazón es asilo y refugio de los pecadores.
Mi Sagrado Corazón es remedio para todos los males.
Mi Sagrado Corazón es árbol con toda clase de frutos para alimentar a las almas.
Mi Sagrado Corazón es el guardián de sus amigos.
Mi Sagrado Corazón es el gozo de mis apóstoles.
Mi Sagrado Corazón es la herencia eterna.
Mi Sagrado Corazón es el perfecto altar donde ofrecer a Dios todos los sacrificios.
Mi Sagrado Corazón es jardín de delicias.
Mi Sagrado Corazón es el compendio de todas las virtudes.
Mi Sagrado Corazón es el modelo de santidad.
Mi Sagrado Corazón es la dicha delos que me aman.
Mi Sagrado Corazón es la bendición de los que me honran.
Mi Sagrado Corazón es la gloria de mi Padre Eterno.
Mi Sagrado Corazón es consuelo de todas las penas.
Mi Sagrado Corazón es todo amor.

San Pedro



(Simón o Simeón).

Apóstol de Jesucristo y primer jefe de su Iglesia (Betsaida, Galilea, ? - Roma ?, h. 64/67).

Era un pescador del mar de Galilea, hasta que dejó su casa de Cafarnaum para unirse a los discípulos de Jesús en los primeros momentos de su predicación; junto con él se unieron a Jesús otros pescadores de la localidad, como su propio hermano Andrés y los dos hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, todos los cuales formaron parte del núcleo originario de los doce apóstoles.


San Pedro carecía de estudios, pero pronto se distinguió entre los discípulos por su fuerte personalidad y su cercanía al maestro, erigiéndose frecuentemente en portavoz del grupo. El sobrenombre de Pedro se lo puso Jesús al señalarle como la «piedra» (petra en latín) sobre la que habría de edificar su Iglesia.


Según el relato evangélico, San Pedro negó hasta tres veces conocer a Jesús la noche en que éste fue arrestado, cumpliendo una profecía que le había hecho el maestro; pero arrepentido de aquella negación, su fe no volvió a flaquear y, después de la crucifixión de Jesús, se dedicó a propagar sus enseñanzas.


Desaparecido Jesús (hacia el año 30 d. C.), San Pedro se convirtió en el líder indiscutido de la diminuta comunidad de los primeros creyentes cristianos de Palestina por espacio de quince años: dirigía las oraciones, respondía a las acusaciones de herejía lanzadas por los rabinos ortodoxos y admitía a los nuevos adeptos (incluidos los primeros no judíos).


Hacia el año 44 fue encarcelado por orden del rey Herodes Agripa, pero consiguió escapar y abandonó Jerusalén, dedicándose a propagar la nueva religión por Siria, Asia Menor y Grecia. En esa época, probablemente, su liderazgo fue menos evidente, disputándole la primacía entre los cristianos otros apóstoles, como Pablo o Santiago. Asistió al llamado Concilio de Jerusalén (48 o 49), en el cual apoyó la línea de Pablo de abrir el cristianismo a los gentiles, frente a quienes lo seguían ligando a la tradición judía.


Los últimos años de la vida de San Pedro están envueltos en la leyenda, pues sólo pueden reconstruirse a partir de relatos muy posteriores. Posiblemente se trasladó a Roma, donde habría ejercido un largo apostolado, justificativo de la futura sede del Papado, pues la Iglesia romana considera a San Pedro el primero de sus papas. Allí fue detenido durante las persecuciones de Nerón contra los cristianos, y murió crucificado. Una tradición poco contrastada sitúa su tumba en la colina del Vaticano, lugar en donde el emperador Constantino hizo levantar en el siglo IV la basílica de San Pedro y San Pablo.

UN SUEÑO DE SAN JUAN BOSCO

Vio este famoso santo en uno de sus célebres sueños. Los tres lazos con los cuales el enemigo del alma alta a los jóvenes para que para que no cambien de vida ni abandonen sus pecados. El primer lazo es hacer que no les de tristeza haber pecado. El otro consiste en que no hagan propósitos de enmendarse y empezar a ser mejores. Y el tercer lazo decía “que les de miedo y no se confiesen con el sacerdote”. El santo oyó una voz que le decía: “con estos tres lazos se pierden muchos jóvenes”.

viernes, 20 de junio de 2008

ORACIÓN DE LA SANGRE DE CRISTO



Señor Jesús, en tu nombre y con el poder de tu Sangre preciosa sellamos toda persona, hechos o acontecimientos a través de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño.
Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos toda potestad destructora en el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas de la naturaleza, en los abismos del infierno, y en el mundo en el cual nos moveremos hoy.
Con el poder de la Sangre de Jesús rompemos toda interferencia y acción del maligno.
Te pedimos, Jesús, que envíes a nuestros hogares y lugares de trabajo a la Santísima Vírgen acompañada de San Miguel, San Gabriel, San Rafael y toda su corte de Santos Angeles.
Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestra casa, todos los que la habitan, (aquí se nombre cada persona que habita en nuestro hogar), las personas que el Señor enviará a ella, así como los alimentos y los bienes que El generosamente nos envía para nuestro sustento de hoy.
Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos tierra, puertas, ventanas, objetos, paredes y pisos, el aire que respiramos y en Fe colocamos un círculo protector de tu Sangre alrededor de toda nuestra familia.
Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos los lugares en donde vamos a estar este día, y las personas, empresas o instituciones con quienes vamos a tratar, (aquí se nombra cada oficina, banco, empleo).
Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestro trabajo material y espiritual, los negocios de toda nuestra familia y los vehículos, carreteras, aviones, o cualquier método de transporte que vayamos a utilizar hoy. Con tu sangre preciosa sellamos
los actos, las mentes, y los corazones de todos los habitantes y dirigentes de nuestro país, a fin de que reine tu paz y tu corazón en él.
Te agradecemos, Señor, por tu Sangre y por tu Vida, ya que gracias a Ellas hemos sido Salvados y preservados de todo lo malo.

AMÉN

Nuestra Señora de Chiquinquirá



9 de julio
Nuestra Señora de Chiquinquirá Patrona de Colombia
La tradición nos cuenta que hace cuatro siglos don Antonio de Santana, encomendero de los pueblos de Suta y Chiquinquirá, solicitó al español Alonso de Narváez (h. 1560) que pintara una imagen de la Virgen del Rosario, para colocarla en una pequeña capilla.
La pintura fue realizada sobre una tela de algodón de procedencia indígena, media 44 pulgadas de alto por 49 de ancho, Alonso de Narváez usó colores al temple, realizó una imagen de la Virgen del Rosario con el Niño Jesús, y a los lados puso al Apóstol San Andrés y a San Antonio de Padua.
El cuadro fue ubicado en la capilla que poseía don Antonio en sus aposentos de Suta, estuvo allí durante más de una década, pero la capilla tenía el techo de paja, lo que provoco que la humedad deteriorara la pintura hasta dejarla completamente borrosa.
Tras la muerte de Santana, su viuda, se trasladó a Chiquinquirá, hacia el año 1577-78. La imagen fue llevada a ese lugar, pero se encontraba en tan mal estado que fue abandonada en un cuarto, habitación que tiempo atrás había sido usada como oratorio.
Al comenzar el año 1586, se estableció en Chiquinquirá, una piadosa mujer, María Ramos, nacida en Sevilla (España), la señora reparó el viejo oratorio y colgó en el mejor lugar de la capilla, la deteriorada pintura de la Virgen del Rosario.
El día 26 de diciembre de 1586, María salía de la capilla, cuando pasó frente a ella una mujer indígena llamada Isabel y su pequeño hijo. En ese momento Isabel grito a María "mire, mire Señora..." Ella dirigió la mirada hacia la pintura, la imagen aparecía rodeada de vivos resplandores, prodigiosamente los colores y su brillo original habían reaparecido, los rasguños y agujeros de la tela habían desaparecido. Con tan maravilloso suceso se inició la devoción a Nuestra Señora de Chiquinquirá.

MARÍA

El verdadero tipo, el ejemplar verdadero de la mujer no es Rebeca, ni Débora, ni la esposa del cantar de los cantares, llena de fragancia como una taza de perfumes. Es necesario ir más allá y subir más alto; es necesario llegar a la plenitud de los tiempos, al cumplimiento de la primitiva promesa para sorprender a Dios formando el tipo perfecto de la mujer, es necesario subir hasta el trono resplandeciente de María.

María es una criatura aparte, mas bella por si sola que toda la creación; el hombre no es digno de tocar sus blancas vestiduras, la tierra no es digna de servirle de peana ni de alfombra los paños de brocado; su blancura excede a la nieve que se cuaja de las montañas; su rosicler al rosicler de los cielos; su esplendor al esplendor de las estrellas. María es amada de Dios, adorada de los hombres, servida de los ángeles. El hombre es una criatura nobilísima, porque es señor de la tierra, ciudadano del cielo hijo de Dios; pero la mujer se le adelanta y le deslumbra y le vence, por que maría tiene nombres más dulces y atributos más altos. El padre la llama hija, y le envía embajadores; el espíritu santo la llama esposa, y la hace sombra con sus alas; el hijo la llama madre, y hace su morada en su sacratísimo vientre; los serafines componen su corte, los cielos la llaman reina; los cielos la llaman reina; los hombres la llama señora, nació sin mancha, salvó al mundo, vivió sin pecado.

DONOSO CORTES

jueves, 12 de junio de 2008

Cristos

Exhiben colección de imágenes de Cristos, la más grande de Colombia. MEDELLÍN, 03 Jun. 08 / 05:54 pm (ACI).

1125 imágenes de Cristo de la colección del ex congresista colombiano, Roberto Hoyos Castaño, son exhibidas en el Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe, en el centro de Medellín, hasta el 15 de junio.


"Es una colección de Cristos que no es común, y creo que se trata de la más grande en el país", señaló al diario El Tiempo, el también ex Contralor del departamento colombiano de Antioquia.

Esta exposición es la segunda que realiza Hoyos. La primera se hizo hace tres años y se expusieron 1600 imágenes, que al concluir el evento fueron donadas a la casa de la cultura de Marinilla, pueblo natal del ex congresista. El Tiempo destaca que la colección completa consta de 2 mil 700 imágenes reunidas desde hace 26 años, y en ella se pueden encontrar Cristos de toda clase; brillantes y opacos, sencillos, suntuosos y con muchos detalles, o en alto y bajorrelieves. Los tamaños van desde los 30 centímetros hasta los muy pequeños que pueden entrar en el bolsillo. Las efigies están hechas en cobre, vidrio, marfil, fibra plástica, plata, cerámica, tejidos en cabuya, en bambú y hueso, en terciopelo azul y hierro, entre otros materiales. Asimismo, se aprecian cruces estampadas con paisajes campestres coloridos, con las 15 estaciones del vía crucis dibujadas y con inscripciones en distintos idiomas, con una piedra azul en forma de Corazón que sale del pecho de Cristo.
El ex congresista Hoyos indicó que el gusto por los crucifijos "no solo es un
asunto de devoción sino de gusto por la belleza en las formas" que aprendió de su ex colega parlamentario Joaquín Franco Burgos en 1972. "Lo visité en Cartagena y en el muro de su estudio tenia como 10 o 15 Cristos. Entonces yo también me propuse coleccionarlos", aseguró. "Las primeras 15 efigies vinieron de un viaje a Tierra Santa en 1973 y desde ese momento, cada que iba en misión oficial a alguna parte del país o del exterior lo primero que hacía era explorar nuevos ejemplares para aumentar su repertorio", recordó Hoyos, y agregó que si un familiar o amigo salían, "no pedía licores, ni libros, ni productos tecnológicos, sino un Cristo".

Juinio, mes del Sagrado Corazón de Jesús

Benedicto XVI: Junio, mes del corazón de Cristo Intervención con motivo del Ángelus. CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 1 junio 2008 (ZENIT.org).

Publicamos la intervención que pronunció Benedicto XVI este domingo al rezar el Ángelus junto a miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.

Queridos hermanos y hermanas: En este domingo, que coincide con el inicio de junio, quiero recordar que este mes está tradicionalmente dedicado al Corazón de Cristo, símbolo de la fe cristiana, particularmente amado tanto por el pueblo como por los místicos y los teólogos, pues expresa de una manera sencilla y auténtica la "buena noticia" del amor, resumiendo en sí el misterio de la encarnación y de la Redención. Y el viernes pasado celebramos la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, tercera y última de las fiestas que han seguido al Tiempo Pascual, tras la Santísima Trinidad y el Corpus Christi. Esta sucesión hace pensar en un movimiento hacia el centro: un movimiento del espíritu guiado por el mismo Dios. Desde el horizonte infinito de su amor, de hecho, Dios ha querido entrar en los límites de la historia y de la condición humana, ha tomado un cuerpo y un corazón, para que podamos contemplar y encontrar el infinito en el finito, el Misterio invisible e inefable en el Corazón humano de Jesús, el Nazareno. En mi primera encíclica sobre el tema del amor, el punto de partida ha sido precisamente la mirada dirigida al costado traspasado de Cristo, del que habla Juan en su Evangelio (Cf. 19,37; Deus caritas est, 12). Y este centro de la fe es también la fuente de la esperanza en la que hemos sido salvados, esperanza que ha sido el tema de mi segunda encíclica. Toda persona necesita un "centro" para su propia vida, un manantial de verdad y de bondad al que recurrir ante la sucesión de las diferentes situaciones y en el cansancio de la vida cotidiana. Cada uno de nosotros, cuando se detiene en silencio, necesita sentir no sólo el palpitar de su corazón, sino, de manera más profunda, el palpitar de una presencia confiable, que se puede percibir con los sentidos de la fe y que, sin embargo, es mucho más real: la presencia de Cristo, corazón del mundo. Os invito, por tanto, a cada uno de vosotros a renovar en el mes de junio su propia devoción al Corazón de Cristo, valorando también la tradicional oración de ofrecimiento del día y teniendo presentes las intenciones que propongo a toda la Iglesia. Junto al Sagrado Corazón de Jesús, la liturgia nos invita a venerar el Corazón Inmaculado de María. Encomendémonos siempre a ella con gran confianza. Quisiera invocar la materna intercesión de la Virgen una vez más por las poblaciones de China y Myanmar, golpeadas por calamidades naturales, y por quienes atraviesan las numerosas situaciones de dolor, enfermedad y miseria material y espiritual que marcan el camino de la humanidad.

[Al final del Ángelus, el Papa saludó a los peregrinos en varios idiomas. En español dijo:]

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana, en particular a los fieles de la Parroquia de San Andrés Apóstol, de Moral de Calatrava. En el día del Señor os invito a escuchar devotamente la Palabra de Dios, a acogerla en vuestro corazón con docilidad y a llevarla a la práctica con solicitud, de modo que vuestra vida se arraigue cada vez más firmemente en la roca de la amistad con Cristo. Feliz domingo a todos.

martes, 10 de junio de 2008

Nosotros jóvenes miembros de Juventutem, debemos sentir un profundo amor por la Santísima Virgen Maria, Madre de Dios y madre nuestra.
Debemos Ofrecer en todo momento a nuestra señora las dificultades, preocupaciones, fracasos y sobre todo nuestros éxitos y alegrías, pues no encontraremos senda más segura para volver a él que la misma virgen María.
Renovemos a diario nuestro compromiso por la Santificación de los jóvenes y roguemos interceda por nosotros ante Dios.

Procuremos Imitarla en todo, para que de este modo, nos acerquemos a una perfecta unión con Jesucristo, nuestro Divino Redentor.


Unidos en Oración Yudy Astrid Pulido Dra. Juventutem-Colombia.




AUNQUE
Aunque el dolor tu alma atenace,Aunque la desilusión te haga quebrar,Aunque el precipicio a tu alma asome,No dejes nunca en el Señor de confiar.
Aunque la indiferencia por quienes amas duela,Aunque el cansancio te invada y sientas su pesar,Aunque las lágrimas en tus pupilas se agolpen,A Jesús aférrate como el pez al mar.
Y aunque la tristeza nefasta abrume tus horas,Y la alegría en segundos se quiera esfumar,Aunque el dolor más duro en tu corazón se instale,Piensa en Cristo; Su Amor infinito te ha de consolar.

SANTA CLARA DE ASÍS



Fiesta 11 de Agosto
"El amor que no puede sufrir no es digno de ese nombre" -Santa Clara.


Clara nació en Asís, Italia, en 1193. Su padre, Favarone Offeduccio, era un caballero rico y poderoso.

Su madre, Ortolana, descendiente de familia noble y feudal, era una mujer muy cristiana, de ardiente piedad y de gran celo por el Señor.
Desde sus primeros años Clara se vio dotada de innumerables virtudes y aunque su ambiente familiar pedía otra cosa de ella, siempre desde pequeña fue asidua a la oración y mortificación. Siempre mostró gran desagrado por las cosas del mundo y gran amor y deseo por crecer cada día en su vida espiritual.
Su llamada y su encuentro con San Francisco. Cofundadora de la orden.
Santa Clara se fuga de su casa el 18 de Marzo de 1212, un Domingo de Ramos, empezando así la gran aventura de su vocación. Se sobrepuso a los obstáculos y al miedo para darle una respuesta concreta al llamado que el Señor había puesto en su corazón. Llega a la humilde Capilla de la Porciúncula donde la esperaban Francisco y los demás Hermanos Menores y se consagra al Señor por manos de Francisco.
De rodillas ante San Francisco, hizo Clara la promesa de renunciar a las riquezas y comodidades del mundo y de dedicarse a una vida de oración, pobreza y penitencia. El santo, como primer paso, tomó unas tijeras y le cortó su larga y hermosa cabellera, y le colocó en la cabeza un sencillo manto, y la envió a donde unas religiosas que vivían por allí cerca, a que se fuera preparando para ser una santa religiosa.
Para Santa Clara la humildad es pobreza de espíritu y esta pobreza se convierte en obediencia, en servicio y en deseos de darse sin límites a los demás.
Desde que fue nombrada Madre de la Orden, ella quiso ser ejemplo vivo de la visión que trasmitía, pidiendo siempre a sus hijas que todo lo que el Señor había revelado para la Orden se viviera en plenitud.
La humildad brilló grandemente en Santa Clara y una de las mas grandes pruebas de su humildad fue su forma de vida en el convento, siempre sirviendo con sus enseñanzas, sus cuidados, su protección y su corrección. La responsabilidad que el Señor había puesto en sus manos no la utilizó para imponer o para simplemente mandar en el nombre del Señor. Lo que ella mandaba a sus hijas lo cumplía primero ella misma con toda perfección. Se exigía mas de lo que pedía a sus hermanas.
Con su gran pobreza. Para Santa Clara la pobreza era el camino en donde uno podía alcanzar mas perfectamente esa unión con Cristo. Este amor por la pobreza nacía de la visión de Cristo pobre, de Cristo Redentor y Rey del mundo, nacido en el pesebre. Aquel que es el Rey y, sin embargo, no tuvo nada ni exigió nada terrenal para si y cuya única posesión era vivir la voluntad del Padre. La pobreza alcanzada en el pesebre y llevada a su cúlmen en la Cruz. Cristo pobre cuyo único deseo fue obedecer y amar.
Mortificación de su cuerpo. Si hay algo que sobresale en la vida de Santa Clara es su gran mortificación. Utilizaba debajo de su túnica, como prenda íntima, un áspero trozo de cuero de cerdo o de caballo. Su lecho era una cama compuesta de sarmientos cubiertos con paja, la que se vio obligada a cambiar por obediencia a Francisco, debido a su enfermedad.
Los ayunos. Siempre vivió una vida austera y comía tan poco que sorprendía hasta a sus propias hermanas. No se explicaban como podía sostener su cuerpo. Durante el tiempo de cuaresma, pasaba días sin probar bocado y los demás días los pasaba a pan y agua. Era exigente con ella misma y todo lo hacía llena de amor, regocijo y de una entrega total al amor que la consumía interiormente y su gran anhelo de vivir, servir y desear solamente a su amado Jesús.
La vida de Oración. Hizo fuertes sacrificios los cuarenta y dos años de su vida consagrada. Cuando le preguntaban si no se excedía, ella contestaba: Estos excesos son necesarios para la redención, "Sin el derramamiento de la Sangre de Jesús en la Cruz no habría Salvación". Ella añadía: "Hay unos que no rezan ni se sacrifican; hay muchos que sólo viven para la idolatría de los sentidos. Ha de haber compensación. Alguien debe rezar y sacrificarse por los que no lo hacen. Si no se estableciera ese equilibrio espiritual la tierra sería destrozada por el maligno". Santa Clara aportó de una manera generosa a este equilibrio.